Existen diferentes tipos de mascarillas y respiradores. Lo primero que debemos determinar es si son para protección contra gases o partículas.
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Existen diferentes tipos de mascarillas y respiradores. Lo primero que debemos determinar es si son para protección contra gases o partículas.
Un gas, como el oxígeno o el CO2 (bióxido de carbono), se encuentra "disuelto" en el aire, es decir las moléculas independientes no pueden separarse del aire por medio de filtros; en cambio, las partículas tienen un peso y un tamaño y son conglomerados sólidos de muchas moléculas (cenizas, polvos, etc.) y estarán sujetos a la acción de la gravedad.
Los microorganismos (como el virus de la influenza, bacterias, hongos) son partículas, y eventualmente tenderán a caer, puesto que la gravedad las atraerá. Los microorganismos no permanecen en suspensión. Los virus no viajan por el ambiente, ya que generalmente una persona que tose los expulsa acompañados de agua y mucosidad. Para proveer de protección respiratoria deberán cubrir la nariz y la boca. Los microorganismos si pueden ser filtrados con respiradores.
Antes de elegirlos, debemos establecer el tipo de protección que requerimos: a) contra salpicaduras (mascarillas), b) contra aerosoles (respiradores), c) contra gases (Requerimos tanques de respiración autónomos).
MATERIALES:
Las mascarillas, para poder proveer protección contra salpicaduras, deberán estar fabricados de materiales resistentes a líquidos, para evitar que la humedad atraviese las mascarillas. Si no cumplen con este requisito, la protección será la mínima posible o podría incluso no existir protección. Los respiradores además de ser resistentes a líquidos deberán estar fabricados con filtros tipo N95, como mínimos. Los filtros N95 tienen capacidad de filtrar las partículas más dificules de filtrar (0.3 micras). Partículas más pequeñas están sujetas a otras fuerzas físicas que les permiten ser rápidamente atrapadas por los respiradores, por lo que en este caso, una partícula más pequeña tambien es filtrada. No filtran gases. El término N95 significa que tienen la capacidad de filtrar al menos el 95% (N95) ó casi el 100% (N100) de las partículas de 0.3 micras en un ambiente altamente saturado. Los respiradores N100 pueden ser utilizados, pero disminuye la capacidad respiratoria de la persona que lo utiliza. No deben tener válvulas, esto se debe a que los microorganismos puede entrar a la vía respiratoria. Los respiradores con válvulas se utilizan en otras áreas, pero no en las de riesgo biológico.
TIPOS:
Cubrebocas (azules): No proveen protección respiratoria, si no protección contra salpicaduras. Son poco resistentes y rápidamente se humedecen con el aliento de las personas. No filtran partículas.
Mascarillas quirúrgicas: Tienen mejor capacidad de filtración, pero no proveer protección respiratorias, sólo protegen contra salpicaduras, ya que su capacidad de filtración está limitada a gotítas. No sellan en la cara, por lo que tampoco proveen protección respiratoria contra partículas.
Respiradores N95 ó N100. Los respiradores tienen mayor capacidad de filtración. Deben sellar en la cara. Cubren la nariz y la boca.
¿Cuando debemos usar unos u otros?
Depende de las actividades de riesgo que realizamos y el tiempo de exposición. Un médico, una enfermera que estarán a menos de 1 metro, realizando procedimientos con un paciente (Ej. tomando muestras), pueden usar mascarillas contra salpicaduras o usar respiradores N95 para protección respiratoria. Nunca se recomienda los cubrebocas azules.
¿Es útil el uso del cubrebocas?
Las mascarillas quirúrgicas son de utilidad, siempre y cuando se usen correctamente. Su utilidad se basa en que son una barrera contra salpicaduras, y evita parcialmente que nos estemos tocando las mucosas (boca, nariz). Los azules no son recomendados puesto que se humedecen rápidamente.
¿Cuanto tiempo debemos utilizarlos?
Depende de los materiales con que están fabricados. Los cubreboca azules duran una hora o menos. Las mascarillas quirúrgicas unas horas. Los respiradores pueden durar algunos días, pero existe un riesgo si hablamos de materiales contaminados en las superficies de la mascarilla, por lo que es recomendado usarlos solo un día de trabajo, para el caso de las enfermeras o médicos.
Es más importante lavarnos las manos, por que los microorganismos (que son partículas), tienden a depositarse en las superficies en minutos, y si tocamos con nuestras manos con esas superficies, es más fácil inocularnos los microorganismos con las manos en la boca, la nariz y los ojos. Si vamos a trabajar o convivir con una persona enferma de influenza, es recomendable usar las mascarillas N95.
MASCARILLAS DESECHABLES N95 SAFE WORK:
Equivalente a mascarilla 8210 de 3M. Cumple con Niosh N95.
Los respiradores desechables para partículas N95 son aprobados con filtración 95%, eficaz contra partículas de aerosoles libres de aceite ajustándose a NIOSH 42 CFR parte 84 como clase 95, proporcionan protección contra partículas que contienen materiales como: Arcilla de porcelana, cemento, celulosa, azufre, algodón, harina, carbón, madera, mineral de hierro, aluminio, bacterias.
Los respiradores N95 puede ser utilizados en áreas de trabajo tales como: Industria textil, artesanía, construcción, trabajos hospitalarios, laboratorios, control de enfermedades.
Caja incluye 20 mascarillas.
]]>Por otra parte, otros productos como son los rollos de gasa de cien yardas son indispensables para el cuidado médico en general y, en particular, para el cuidado de heridas, tanto traumáticas y accidentales, como quirúrgicas.
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Es posible que hasta hace unos meses no hubieras oído hablar de la "gripe española", la pandemia que mató a millones de personas a principios del siglo XX. Y seguramente con la crisis del coronavirus ya habrás oído mencionarla.
Catalogada a menudo como "la madre de todas las pandemia", la que pasaría a la historia como gripe española causó la muerte de entre 20 y 50 millones de personas alrededor del mundo, según cálculos de la Organización Mundial de la Salud.
■ ¿De dónde vienen y por qué importan los nombres de las enfermedades?
Se extendió entre 1918 y 1920, y los científicos creen que fue contagiada al menos un tercio de la población mundial de aquel entonces, calculada en 1.800 millones de habitantes.
Incluso causó más muertes que la I Guerra Mundial, que estaba terminando justo cuando se desató la pandemia.
Mientras el mundo reacciona ante la covid-19, te proponemos mirar hacia el pasado hasta el tiempo de la última gran pandemia que puso en compás de espera al planeta. Esto fue lo que ocurrió cuando todo terminó.
1921, un mundo distinto
Ciertamente mucho ha cambiado en 100 años.
La medicina y la ciencia eran campos mucho más limitados para tratar la enfermedad, si las comparamos con la actualidad.
Los doctores de entonces sabían que un microorganismo era responsable de la epidemia de gripe y que la enfermedad se podía transmitir persona a persona, pero pensaban que la causa estaba en una bacteria, no un virus.
Los tratamientos también eran limitados. El primer antibiótico solo fue descubierto hasta 1928 y la primera vacuna para la gripe solo estuvo disponible en los años 40.
Pero ante todo, no había sistemas públicos de salud. E incluso en los países desarrollados la salud era un lujo.
"En las naciones industrializadas, la mayoría de los médicos trabajaba de manera independiente o era financiado por instituciones benéficas o religiosas. Y muchas personas no tenían acceso a ellos", dice Laura Spinney, escritora científica y autora del libro "El jinete pálido: la gripe española de 1918 y cómo cambió el mundo".
Jóvenes y pobres
Para empeorar las cosas, la pandemia de 1918 atacó de una manera que no se había visto en las anteriores, como la que ocurrió entre 1889 y 1890, y causó la muerte de cerca de un millón de personas.
La mayoría de las víctimas fatales fueron personas entre los 20 y los 40 años, y los hombres se vieron notoriamente más afectados que las mujeres.
Probablemente porque se cree que la pandemia se inició en uno de los atestados campos de batalla del Frente Occidental y después se dispersó cuando los soldados regresaron a casa de la guerra.
La enfermedad también fue implacable con los países más pobres.
Un estudio de la Universidad de Harvard, publicado este año, estima que cerca del 0,5% de la población de EE.UU. de aquel entonces murió debido a la epidemia (cerca de 550.000 personas).
En cambio, India vio fallecer a 17 millones de personas en el país debido a la enfermedad.
"Las víctimas que produjeron la I Guerra Mundial y la gripe española tuvieron un desastroso impacto económico", dijo Catharine Arnold, autora del libro "Pandemia 1918".
Los abuelos de Arnold estuvieron entre las víctimas de esa pandemia.
"En muchos países, no quedaban hombres jóvenes para llevar adelante el negocio familiar, dirigir las granjas, capacitarse para profesiones y oficios, casarse y criar hijos para reemplazar a esos millones que habían muerto", explicó Arnold.
"La falta de hombres elegibles llevó al llamado problema de las 'mujeres de repuesto', con millones de mujeres que no lograron encontrar una pareja adecuada", añadió.
Mujeres al trabajo
Aunque la epidemia no causó cambios radicales en la estructura social -no tan grandes como la caída del feudalismo por la peste negra en el siglo XIV, por ejemplo-, sí fue fundamental para inclinar la balanza de género en muchos países.
La investigadora de la Universidad Texas A&M Christine Blackburn indicó que la merma en la fuerza laboral en EE.UU. les abrió varias puertas a las mujeres.
"La falta de trabajadores causada por la gripe y la guerra le dio a las mujeres el acceso al mercado laboral", explicó Blackburn.
"Para 1920, las mujeres eran el 21% de todos los empleados en el país", agregó.
Ese mismo año el Congreso de EE.UU. ratificó la decimonovena enmienda de su Constitución, que otorgaba el derecho al voto a las mujeres.
Además, las nuevas trabajadoras se beneficiaron de los aumentos salariales que resultaron de la escasez de mano de obra.
En Estados Unidos, por caso, los datos del gobierno muestran que los salarios en el sector manufacturero aumentaron de US$0,21 la hora en 1915 a US$0,56 en 1920.
Legado genético
Los científicos descubrieron que los bebés que habían nacido durante la epidemia eran más propensos a desarrollar condiciones como afecciones cardiacas, en comparación con los niños que habían nacido antes o después del brote.
Análisis hechos en Reino Unido y Brasil mostraron que los nacidos entre 1918 y 1919 también tendían a tener menos opciones de acceder a educación superior o ser empleados de tiempo completo.
Algunas teorías sugieren que el estrés causado por la pandemia en las madres podría haber afectado el desarrollo del feto.
Otra pista del impacto genético de la pandemia fue hallada en un análisis en la información de reclutamiento de soldados para el ejército de EE.UU., que decía que los jóvenes nacidos en 1919 tenían "1mm" menos de estatura promedio que el resto de sus colegas.
Anticolonialismo y cooperación internacional
En 1918, India completaba más de un siglo bajo el dominio colonial de Reino Unido.
En mayo de ese año, la gripe española golpeó con fuerza el país. Y fue más violenta con los indios que con los residentes británicos.
Las estadísticas muestran que la tasa de mortalidad en las castas más bajas alcanzó los 61,6 por cada 1.000 personas, mientras que entre los europeosfue de menos de 9 por cada 1.000.
Así, los sectores nacionalistas indios alimentaron la percepción de que los gobernantes británicos no habían manejado la crisis de forma adecuada.
En 1919, una edición de Young India, el periódico publicado por Mahatma Gandhi, criticó a las autoridades británicas con bastante firmeza.
"En ningún otro país civilizado un gobierno podría haber dejado las cosas tan deshechas como lo hizo el gobierno en India durante la prevalencia de una epidemia tan terrible y catastrófica", se lee en el editorial.
Pero, a la vez, la pandemia también evidenció la importancia de la cooperación internacional, más allá de la pesadilla geopolítica que había dejado detrás la I Guerra Mundial.
En 1923, la Liga de las Naciones, el organismo multilateral que antecedió a la ONU, creó la Organización de la Salud.
Fue una agencia técnica que creó nuevos sistemas internacionales de control de epidemias y fue conducida por médicos profesionales en lugar de diplomáticos, como lo era el organismo supranacional encargado de los temas de salud hasta entonces, la Office International d'Hygiène Publique.
La Organización Mundial de la Salud solo sería creada en 1948, tras la fundación de la ONU.
Salud pública
El daño causado por la pandemia estimuló el avance de la salud pública, que fue impulsada como el desarrollo de la medicina social.
En 1920, Rusia fue el primer país en instalar una red pública de salud. Otros países le siguieron los pasos.
"Muchos países crearon o renovaron ministerios de salud en la década de 1920", señaló Laura Spinney.
"Esto fue un resultado directo de la pandemia, durante la cual los líderes de salud pública habían quedado fuera de las reuniones del gabinete por completo o simplemente se habían tenido que dedicar a pedir fondos y poderes ejecutivos a otros departamentos", añadió.
Jennifer Cole, antropóloga de la Universidad Royal Holloway en Londres, anotó que la combinación de la pandemia y la guerra sembró las semillas de los estados de bienestar en muchas partes del mundo.
"La provisión de bienestar por parte del Estado salió de este contexto, ya que tenía una gran cantidad de viudas, huérfanos y discapacitados", explica.
"Las pandemias parecen arrojar luz sobre la sociedad y las sociedades pueden emerger de ellas con un modelo más justo y equitativo", opinó Cole.
Cuarentenas y aislamiento social
La historia del aislamiento social de comienzos del siglo XX es una historia de dos ciudades: en septiembre de 1918, distintas localidades de EE.UU. organizaron desfiles para promover los bonos de guerra, cuyas ventas ayudarían en la financiación del conflicto que aún no había terminado por completo.
Dos de estas ciudades tomaron medidas diametralmente distintas respecto al desfile una vez se conocieron los primeros casos de la enfermedad.
Mientras que Filadelfia decidió seguir adelante con el evento, San Luis optó por cancelarlo.
Un mes después, más de 10.000 personas habían muerto de gripe en la primera. Mientras que en San Luis, el número total se mantuvo por debajo de 700.
La disparidad en las estadísticas se convirtió un caso de estudio que concluyó que la distancia social es una estrategia eficaz para frenar las epidemias.
Un análisis de las intervenciones que se hicieron en varias ciudades durante 1918 mostró que aquellos municipios que habían prohibido reuniones masivas y habían cerrado teatros, escuelas e iglesias tuvieron un menor número de muertes.
Además, un equipo de economistas de EE.UU. llegó a la conclusión de que las ciudades que tomaron las medidas más estrictas fueron las que luego tuvieron una recuperación económica más rápida.
Pandemia olvidada
A pesar de sus lecciones, la gripe española fue en muchos sentidos una pandemia olvidada.
Fue eclipsada en la esfera pública por la I Guerra Mundial, en parte debido a que algunos gobiernos censuraron a los medios de sus países para evitar que informaran sobre sus efectos mientras duraba la guerra.
La crisis también está ausente en gran medida de los libros de historia y la cultura popular.
"Incluso en el año centenario de la pandemia (2018) no encontrarás monumentos conmemorativos de la gripe española y pocos cementerios que destaquen el sacrificio de médicos y enfermeras", escribió el historiador médico Mark Honigsbaum.
"Tampoco encontrarás muchas novelas, canciones u obras de arte del período que se refieran a la pandemia de 1918".
Una de las pocas excepciones es el "Autorretrato con gripe española", de Edward Munch, que el artista noruego pintó mientras padecía la enfermedad.
Honigsbaum también observó que la edición de 1924 de la Enciclopedia Británica ni siquiera mencionaba la pandemia en su revisión de los "años más agitados" del siglo XX y los primeros libros de historia que referenciaron la epidemia fueron publicados alrededor de 1968.
Covid-19 ciertamente ha traído aquella pandemia de regreso a la memoria de muchos.
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En el deporte hay unas competencias de velocidad y otras de resistencia. La carrera contra el coronavirus, sin embargo, es ambas al mismo tiempo.
Las medidas de confinamiento y distanciamiento social sirven para resistir el embate de esta primera ola de contagio de un virus nuevo para el cual nuestro organismo no tiene defensas.
Nuestras casas han servido como trincheras, pero tarde o temprano tendremos que salir.
■ Cómo son las 6 vacunas contra el coronavirus que ya se están probando en humanos y qué países están ganando la carrera
Por eso, al tiempo que estamos resguardados, los científicos trabajan a toda velocidad para encontrar una vacuna.
El SARS-CoV-2, el tipo de coronavirus que causa la enfermedad covid-19, se extiende rápidamente por el mundo y la gran mayoría de la población es aún vulnerable al contagio.
Los expertos coinciden que una vacuna podría servir como una protección duradera para los humanos, lo que permitiría que las medidas de confinamiento se levanten más rápido y de forma más segura.
Cerca de 80 grupos de investigadores trabajan a un ritmo frenético para desarrollar esa vacuna y al menos seis de ellos ya se perfilan como los líderes de competencia.
La carrera, sin embargo, está llena de obstáculos y un paso en falso puede ser incluso catastrófico.
¿Cómo es el proceso para desarrollar una vacuna y por qué resulta un desafío tan grande para médicos y científicos?
■ La razón por la que algunos pacientes recuperados de covid-19 pueden volver a dar positivo, según la OMS
¿Cómo funcionan las vacunas?
Aunque hay varios tipos de vacunas, el principio de su funcionamiento siempre es similar: se trata de exponer al organismo a dosis seguras de un virus para que el sistema inmune lo reconozca y tenga listo un mecanismo de defensa ante un posible contagio.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos explica que hay cuatro tipos de vacunas:
■ Vacunas vivas atenuadas: utilizan una forma debilitada del germen que causa la enfermedad
■ Vacunas inactivadas: utilizan una forma muerta del germen que causa la enfermedad
■ Vacunas de subunidades, recombinantes, polisacáridas y combinadas: utilizan partes específicas del germen, como su proteína, que le permiten atacar a un organismo
■ Vacunas con toxoides: utilizan una toxina fabricada a partir del germen que causa una enfermedad. Crean inmunidad a las partes del germen que causan una enfermedad en lugar de al germen en sí.
¿Cómo se fabrica una vacuna?
Luego de que un laboratorio logre diseñar una vacuna, su candidata debe superar un largo y riguroso proceso en el que se compruebe que es segura y efectiva para los humanos.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC) o el Proyecto para el Conocimiento de Vacunas de la Universidad de Oxford en Reino Unido, explican que hay al menos 3 fases que debe superar una vacuna antes de llegar a la población general.
■ El descubrimiento en los manantiales termales de Yellowstone que fue clave para hacer los tests del covid-19
Antes de cualquier prueba clínica en humanos, la vacuna debe superar una "fase 0" o preclínica, que incluye pruebas in vitro y en animales como ratones.
En esta etapa la vacuna debe demostrar que es segura y funciona en animales. Si supera esta prueba, entonces puede entrar a los estudios clínicos que se dividen en 3 fases.
Fase 1
En esta fase la vacuna se prueba en grupos de entre 20 y 100 personas saludables. El estudio se centra en confirmar que no represente una amenaza para la salud, que sea efectiva, identificar efectos secundarios y determinar cuál es la dosis adecuada.
Fase 2
Es un estudio a mayor escala en el que participan varios cientos de personas. Aquí se evalúan los efectos secundarios más comunes en el corto plazo y cómo reacciona el sistema inmune a la vacuna.
Fase 3
Es un ensayo mucho más grande en el que participan varios miles de voluntarios. Aquí se compara cómo evolucionan las personas que fueron vacunadas respecto a las que no. También se recolectan datos estadísticos acerca de la efectividad y qué tan segura es la vacuna. Esta fase también sirve como una nueva oportunidad para identificar otros posibles efectos secundarios que no hayan surgido en la fase 2.
Una posible fase 4
Los CDC en EE.UU. añaden que muchas vacunas se someten a una fase 4 luego de que la vacuna ya ha sido aprobada y recibido una licencia. El objetivo es seguir monitoreando y recolectando información sobre la vacuna.
Una vez que la vacuna supere todas las pruebas, puede pasar hasta un año y medio hasta que se comience a distribuir en campañas de vacunación a nivel mundial.
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Tiempo récord
Bajo condiciones normales, una posible vacuna puede tardar entre 5 y 10 años en superar las fases de estudios clínicos, según el Instituto Internacional de Vacunas (IVI, por sus siglas en inglés).
La vacuna del ébola, por ejemplo, tardó más de 16 años desde su creación hasta su aprobación.
La Universidad de Oxford indica que pueden pasar hasta 20 años desde que se presenta un primer concepto de vacuna hasta que finalmente logra ser autorizada.
En esta pandemia, sin embargo, los investigadores han dicho que en tan solo 12 o 18 meses podrían tener lista una vacuna contra el SARS-CoV-2.
Algunos laboratorios, como por ejemplo el Instituto Jenner de la Universidad de Oxford, incluso han dicho que para finales de 2020 podrían tener lista una vacuna para un uso limitado.
"Estamos viendo una velocidad sin precedentes", dijo Jerome Kim, director general del Instituto Internacional de Vacunas (IVI, por sus siglas en inglés) en una entrevista reciente con la cadena CNBC.
"¿Esto garantiza el éxito? No necesariamente", añadió Kim.
Kim se refiere a que el desarrollo de vacunas se caracteriza por un "alto nivel de fracaso".
El director del IVI explica que hay una tasa de 93% de intentos fallidos entre los estudios que se hacen en animales y el registro final de una vacuna.
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¿Habrá vacuna contra el SARS-CoV-2?
El SARS-CoV-2 es solo uno de los cuatro tipos de coronavirus que circulan entre humanos.
Para ninguno de ellos existe una vacuna, entonces, ¿qué nos hace pensar que esta vez sí lo lograremos?
Otros brotes de coronavirus, como el SARS en 2003 o el MERS en 2012, fueron mucho más limitados, por eso, aunque al principio hubo interés en desarrollar una vacuna, varios de esos proyectos luego se suspendieron por falta de financiación, según le dice a BBC Mundo el médico inmunólogo Joaquín Madrenas, director científico del Instituto Lundquist, afiliado a la Escuela de Medicina de la Universidad de California en Los Ángeles.
"No es que no se puedan desarrollar vacunas contras estos virus, yo espero que sí", dice Madrenas. "Soy optimista".
"Estamos en una situación única en la que la gente está dispuesta a trabajar de manera colaborativa para lograr la vacuna".
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Madrenas añade que quienes intentan desarrollar la vacuna pueden aprovechar lo que ya saben de otros coronavirus.
Más de 40 países y donantes se han comprometido a ayudar al desarrollo de una vacuna contra el SARS-CoV-2.
El lunes, la Comisión Europea informó que ese grupo recolectará más de US$8.000 millones para ayudar al desarrollo de una vacuna.
Por su parte, Jerome Kim, director del IVI, ha resaltado la labor de los gobiernos de China y EE.UU. al financiar grupos de investigación.
Además de esta inyección de dinero, el doctor Madrenas dice que los resultados preliminares que hasta ahora se han conocido le hacen pensar que lograr una vacuna "es una posibilidad muy viable".
"No tengo una respuesta definitiva, pero los estudios son prometedores".
Ante la posibilidad de que no se logre una vacuna con niveles de eficacia aceptables, Madrenas dice que la opción sería apoyarse en el desarrollo de medicamentos antivirales.
¿Cómo va la carrera?
Entre los más de 80 equipos de científicos alrededor del mundo que trabajan aceleradamente para encontrar una vacuna, han surgido 6 candidatas que traen esperanza.
■ Vacuna mRNA-1273 - Moderna Therapeutics (EE.UU.), Fase 1, planean entrar a fase 2 en el segundo cuarto de 2020.
■ Vacuna INO-4800 - Inovio Pharmaceuticals (EE.UU.). Fase 1, dicen que podrían entrar a fases 2 y 3 este verano.
■ Vacuna AD5-nCoV - CanSino Biologics (China), Fase 2
■ LV-SMENP-DC del Instituto Médico Genoinmune de Shenzhen (China), Fases 1 y 2
■ Vacuna de virus inactivado del Instituto de Productos Biológicos de Wuhan, subordinado al Grupo Farmacéutico Nacional de China, Sinopharm, fase 2
■ Vacuna ChAdOx1 - Instituto Jenner de la Universidad de Oxford (Reino Unido), Fase 1, dicen que para finales de 2020 podrían tener lista una vacuna para un uso limitado
■ MAPA: Alcance global del coronavirus
■ PREGUNTAS CLAVE: cuáles son los síntomas y cómo se transmite
■ TRATAMIENTOS: Cómo están combatiendo el coronavirus
■ PREVENCIÓN: Qué puedes hacer para evitar el contagio
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